Con los años acabaría creando una notable galería de retratos de contemporáneos ilustres: escritores, científicos, artistas y otras personalidades destacadas, entre ellos Lev Tolstói (1873), Iván Shishkin (1873 y 1880), Pável Tretiakov (1876), Tarás Shevchenko (1871), Aleksandr Griboyédov (1875), Iván Aivazovski, Vladímir Soloviov (1885), el emperador Alejandro III (1886) y su esposa María Fiódorovna.Son particularmente destacables sus retratos de campesinos rusos, en los que poniendo el acento sobre las características psicológicas del sujeto alcanza una gran expresividad.En 1872 Kramskói realiza la que quizá sea su pintura más célebre y que ocupa un lugar importantísimo en el arte ruso de la segunda mitad del siglo XIX: “Cristo en el desierto”.Continuando con la tradición humanística de Aleksandr Ivánov, Kramskói trata una escena bíblica (tema tradicional en el arte) dando al motivo una especial profundidad moral y filosófica.Los restos del artista están enterrados en el cementerio Tijvin (monasterio de Aleksandr Nevski, San Petersburgo).