[2] Además de isonomía, los atenienses utilizaban varios términos para igualdad,[2] todos compuestos con el prefijo iso-: isegoria,[8] (igualdad de derechos para pronunciar un discurso en las asambleas políticas), isopsephos polis[9] (un hombre un voto) e isokratia.
Se intentó, en primer lugar, el regreso a la oligarquía que resultó de las luchas por el poder.
Por un lado, estaba Iságoras, un aristócrata más bien reaccionario, y por el otro, Clístenes, político progresista.
Inicialmente, Iságoras prevaleció en la política por ser arconte de 508-507 a. C., pero no se pudo imponer.
El reformador reestructuró el cuerpo cívico de esta soberanía que quería prolongar a largo plazo.
La igualdad plena únicamente se realizó en la Ekklesía, en la Boulé de los Quinientos y en la Heliea.
Preparaba las decisiones que se sometían a la Asamblea y aseguraba la permanencia del Estado.
Clístenes dio un importante papel político y militar a las diez tribus nuevas, aunque las cuatro anteriores siguieron existiendo.
El Ática estaba dividida en tres grandes zonas: asty (la ciudad); paralia (la costa); mesogea, (el interior).
Se realizó entonces una mezcla de la población con un número más o menos equivalente en las tres áreas.
Se asistió entonces al segundo sinecismo ateniense, que en esta ocasión tuvo dimensiones políticas.
Clístenes fomentó un sentido de implicación a nivel del demo para una iniciación en las instituciones.
Dejó existir a las viejas estructuras (sagradas, ancestrales), pero les privó de todo su peso político.
Las cuatro tribus antiguas devinieron en estructuras culturales y las fratrías no tuvieron más que un papel sociopolítico limitado.
Cada grupo de cincuenta miembros ejercían su función permanentemente durante una décima parte del año.
Esta magistratura era netamente más estrecha que el arcontado (primera y segunda clases censatarias).
El mandato duraba un año, pero un ciudadano podía ser elegido varias veces (Pericles fue estratego desde 483 hasta 460 a. C.) La elección directa tanto como la renovación ilimitada hizo que esta magistratura fuese la más importante de la ciudad, fortalecida por los problemas exteriores.
Había diez tribus y las pritanías se reunían durante una décima parte del año.
Así que no siguió el calendario porque era antiguo, aristocrático, bajo control del arconte rey.
Sin embargo no se podía suprimir porque era venerable porque regía el ritmo de la vida cotidiana (fiestas religiosas, etc.).
Se tuvo, pues, un calendario ritual y otro político que marcaba el ritmo de los asuntos públicos.
Este número tuvo tendencia a aumentar: en la época de Aristóteles, podía haber unas 40 reuniones al año.
Por otra parte, se constata la influencia de los pitagóricos para los que el 10 era un número perfecto.
En cuanto al ámbito militar, el ejército se constituyó sobre la base de las 10 nuevas tribus.
El ejército estaba comandado por 10 strategoi que fueron nombrados por vez primera en 501-500 a. C. En 501/500 a. C. aparece la figura del juramento bouléutico.
Era un voto muy especial llamado ostracoforia, del griego antiguo ὄστρακον/ostrakon, «teja», y de la raíz φέρω/pherô, «aportar».
C): los dos políticos más influyentes, Nicias y Alcibíades, se opusieron, para evitar la parálisis del poder, Hipérbolo propuso ostraquizar a uno de los dos.
Además, no todo el mundo tenía por fuerza ganas de ejercer una magistratura, mientras que los nobles, por su educación, estaban condicionados a ello.
Esta cultura del agôn pudo más tarde ser adquirida por la gente enriquecida, gracias a los sofistas.
Arendt prosigue argumentando que, por lo tanto, la polis griega fue concebida no como una democracia sino como una isonomía.