Está caracterizada por la silueta de las ruinas del antiguo hospital militar, construido por los ingleses en el siglo XVIII.
Durante la dominación británica se la llamó Bloody Island (isla sangrienta) por sus funciones de hospital.
El recinto funcionó hasta mediados del siglo XX, cuando fue abandonado al construirse una nueva instalación hospitalaria en tierra firme y se inició una profunda decadencia.
También se conservan todavía los restos de una basílica paleocristiana del siglo VI d. C. En este islote vive una lagartija endémica, la Podarcis lilfordi balearica.
Los arcos forman una parte importante del edificio ya que acentúan ese aspecto barroco y pone en práctica los estudios de esa época, como el retorno del número de oro, la sección áurea.
Este número está presente en todos los arcos del Hospital, acentuando así la belleza clásica.