[1] Según la leyenda, recogida en la Navigatio Sancti Brandani compuesta hacia el siglo X–XI y conocida por numerosos manuscritos, San Brandán, monje irlandés del siglo VI y abad de Clonfert, en Galway, a petición de Barinto, que ya había visitado el lugar, inició en compañía de otros catorce monjes un largo viaje en una pequeña embarcación.
En su vagar de siete años por el océano, Brandán encontró numerosas islas y se enfrentó a algunos monstruos marinos.
[2] Aunque son numerosas las islas mencionadas en la Navigatio, la tradición se ha centrado en la isla-pez, completamente desprovista de vegetación, que aparece y desaparece.
En ella San Brandán y sus compañeros celebraron la misa de Pascua, pero al encender el fuego para asar un cordero la isla despertó, dándose cuenta entonces de que en realidad se trataba del pez gigante Jasconius, que más adelante, obediente a Brandán, le conducirá hasta las proximidades del Paraíso.
Aun así, la narración alcanzó notable popularidad en sus muchas versiones manuscritas y en alguna temprana edición impresa en latín.