En la época del Imperio inca contaba con un templo denominado Iñakuyu o Palacio de las Vírgenes de Sol, donde habitaban las denominadas Vírgenes del Sol.
El sitio era un acllahuasi o casa de las escogidas, en el que las mujeres aprendían variados oficios, sobre todo el tejido.
En la isla solo podía entrar el emperador Inca, máxima autoridad del imperio.
Los idiomas que se hablan son el quechua, el aimara y también el español.
[2] Así mismo, durante la dictadura del Hugo Banzer, la isla de la Luna fue habilitada para encarcelar a dirigentes, estudiantes, periodistas, campesinos y mineros en los primeros años del gobierno.