Irene Worth

En él fue la principal primera actriz, actuando bajo una enorme carpa con Alec Guinness en A buen fin no hay mal tiempo y Ricardo III.

Su actuación le aseguró actuar en Londres, donde Kenneth Tynan escribió sobre la técnica de la actriz lo siguiente: «Es grandiosa, sentida, maravillosamente controlada, clara como el cristal y totalmente inmóvil.» En la década de 1950 Worth demostró su excepcional versatilidad actuando en la farsa Hotel Paradiso, puesta en escena en Londres con Alec Guinness, y en la tragedia de Schiller Maria Stuart, junto a Eva Le Gallienne.

[4]​ En 1962 entró en la Royal Shakespeare Company, representando en el Teatro Aldwych, y consiguiendo con dicha compañía algunas de sus mejores interpretaciones.

Después, en 1965, viajó a Nueva York para estrenar la enigmática pieza de Edward Albee titulada Tiny Alice, y en la cual actuó junto a John Gielgud ganando el primero de sus tres Premios Tony.

En el drama radiofónico The Odyssey of Homer, ganador en 1981 del Premio Peabody, Worth encarnó a la diosa Atenea.

En 1984, Peter Hall la invitó a volver al National Theatre para ser Volumnia en Coriolano, con Ian McKellen en el papel del título.

En 1991 ganó un tercer Tony por su actuación como Grandma Kurnitz en la pieza de Neil Simon Lost in Yonkers, interviniendo después en la versión cinematográfica interpretada por Richard Dreyfuss y Mercedes Ruehl.

A su funeral, celebrado en el The Public Theater de Nueva York, asistieron, entre otros, Edward Albee, Christopher Walken, Mercedes Ruehl, Meryl Streep y Alan Rickman.