Inmigración japonesa en Argentina

En esa época Japón vivía la experiencia victoriosa pero crítica derivada de la Guerra Ruso-Japonesa (1905) y las inestabilidades que preludiaban a la Primera Guerra Mundial.El primer nisei (segunda generación) nipón-argentino okinawense, Seicho Arakaki, nació en 1911.La primera nisei mujer nacida argentina comprobada era descendiente de la prefectura japonesa de Saga, recordada además por ser la primera universitaria argentino japonesa en el país, fue Violeta Shinya, hija de Yoshio Shinya (este vino en la fragata Sarmiento en 1899); Violeta nació en 1910.Según FANA (Federación de Asociaciones Nikkei en Argentina) la colectividad alcanza a 3031 personas.[9]​ Los primeros inmigrantes se dedicaron a actividades agrícolas y se destacaron en la floricultura; sin embargo, dada la concentración del mercado argentino en la ciudad de Buenos Aires, la primera y segunda generación de inmigrantes japoneses formaron parte importante del gremio eminentemente urbano de la tintorería (entendiéndose como tintorería al lavado y planchado de ropas).La tercera y cuarta generación de argentinos descendientes de japoneses ha diversificado sus actividades, dedicándose principalmente a profesiones técnicas con especialización universitaria (ingeniería, electrónica, etcétera).Ejemplo de esto es el periódico La Plata Hochi, cuyas publicaciones en japonés, aunque también en español, datan del año 1947.[10]​ La población de origen japonés, durante décadas (aproximadamente desde 1900 y hasta inicios de los 1970), fue casi la única población procedente del Extremo Oriente establecida en Argentina.
Japón en el Día del Inmigrante de 2011 en Buenos Aires.
Dos argentinos de origen japonés en Buenos Aires.
Acceso al Jardín Japonés de Belén de Escobar durante la Fiesta Nacional de la Flor de 2014.
Porcentaje de japoneses en Argentina por provincia según el censo 2010.