Inmigración francesa en la República Dominicana

Tras la independencia, la República Dominicana se caracterizó por ser una nación de inmigración moderada, primordialmente de nacionalidades americanas (tradicionalmente de puertorriqueños y cubanos, sumándose los haitianos y los estadounidenses en los siglos xx y xxi), siendo la inmigración de nacionales europeos modesta o minúscula, salvo la inmigración española; sin embargo, los franceses históricamente han estado entre las diez nacionalidades que más migran a la República Dominicana.

Actualmente, y con una estimación poblacional bastante considerable, el prestigio que ha dejado ese país en la sociedad dominicana moderna es grande.

Expandiéndose así a sectores del entretenimiento, comercio, política, arte, gastronomía y muchos otros.

El alcalde mayor de Santiago, don Antonio Pichardo Vinuesta, rehusó obedecer la orden argumentando que la mayoría de los franceses habían contraído matrimonio con locales, que su expulsión contribuiría a la despoblación de la colonia y que dañaría la economía del Cibao.

Estos repartos de tierra muestran cierto equilibrio, pues no solo se beneficiaron a colonos franceses como han afirmado varios historiadores.