Los aspectos económicos, sociales, y políticas de inmigración han causado controversia con respecto a la etnicidad, las prestaciones económicas, el empleo para los no inmigrantes, patrones de asentamiento, el impacto en la movilidad social ascendente, la delincuencia y el comportamiento electoral.
Ya que el gobierno sueco no incluye datos sobre el origen étnico en sus estadísticas censales, no hay cifras exactas sobre el número total de personas de origen inmigrante en Suecia.
[1] En 2010, 32.000 personas solicitaron asilo en Suecia, un aumento del 25% desde 2009, sin embargo el número de personas que recibieron asilo no aumentó debido a que el gran aumento se debió en parte a la de los nacionales de Serbia, a los cuales se les permite viajar sin una visa hacia Suecia.
Una comunidad grande proveniente de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) llegó durante la Segunda Guerra Mundial.
Esto continuó hasta 1967, cuando el mercado laboral se saturó y Suecia introdujo nuevos controles de inmigración.
En una escala más pequeña, Suecia recibió refugiados políticos de Hungría y la antigua Checoslovaquia después de que sus países fuesen invadidos por la Unión Soviética en 1956 y 1968 respectivamente.
[9] De estos habitantes, 1.427.296 personas que viven en Suecia nacieron en el extranjero.
[1] La alta tasa de inmigración, la baja fertilidad y la alta tasa de mortalidad está transformando gradualmente la nación sueca, que había sido homogénea, en un país multicultural.
Se espera que la minoría musulmana en Suecia crezca de 5% a 10% en 2030.
En un estudio realizado por el Consejo Nacional Sueco para la Prevención del Delito entre 1997 y 2001, el 52% de los casi 1 520 000 delitos resultaron ser cometidos por personas nacidas en el extranjero y casi el 38% fueron cometidos por personas nacidas en Suecia de origen extranjero.