Inicio de la Guerra de Independencia de México

Los sublevados tuvieron que huir hacia el norte, donde esperaban encontrar el apoyo de las provincias de esa región que también se habían lanzado a las armas.Las reuniones se realizaban de manera clandestina en casa del corregidor, Miguel Domínguez.[12]​ En esa población, Miguel Hidalgo fue nombrado capitán general, quedando al mando del ejército por encima de Allende —que sin duda era más hábil en lo que se refiere a táctica militar— a quien se le nombró teniente general.Durante el desorganizado asalto los sitiadores sufrieron más de dos mil bajas.[20]​ Durante su estancia, los insurgentes reorganizaron sus tropas añadiendo dos nuevos regimientos de infantería y se fundieron cañones para incrementar la artillería.[22]​ Se giraron instrucciones para cercar la rebelión, Félix María Calleja partió desde San Luis y el gobernador militar Roque Abarca envió brigadas desde Guadalajara.El 13 de octubre, el inquisidor de México, Bernardo Prado y Obejero, ratificó la excomunión, haciéndola extensiva a todo aquel que aprobase la sedición, recibiese proclamas, ayudase a los insurgentes o que mantuviese comunicación con ellos.Hidalgo le propuso unirse a la rebelión, pero este rehusó el ofrecimiento.[28]​ Las fuerzas insurgentes —cifrada en ochenta mil hombres— eran ya muy numerosas pero carentes de ímpetu y organización.Le dijo que ante la menor adversidad en un combate, los hombres recularían "como palomas", pero Hidalgo desoyó el consejo.[29]​ Durante una junta en Acámbaro el 22 de octubre, Hidalgo fue nombrado generalísimo; Allende capitán general; Aldama, Balleza, Jiménez y Arias fueron promovidos a tenientes generales; Ignacio Martínez, Abasolo, Ocón, y José Antonio Martínez mariscales de campo.Durante el combate murieron más de cinco mil hombres, con bajas semejantes para ambos bandos.El 31 de octubre, Jiménez y Abasolo bajaron con una bandera blanca para negociar la capitulación con el virrey,[34]​ pero este respondió con una negativa, esperando la próxima llegada de los ejércitos virreinales comandados por Calleja y Flon.Por razones que son desconocidas, el generalísimo Hidalgo prefirió volver a la capital de Michoacán.La Batalla de Aculco dejó claro que los insurgentes no estaban en condiciones para hacer frente al ejército español.Las deserciones fueron cuantiosas, fueron capturados aproximadamente seiscientos rebeldes, armamento y otras pertenencias.[38]​ Las provincias norteñas como Texas, Coahuila y Nuevo León también se habían sumado a la causa insurgente.[40]​ Hidalgo, en lugar de permanecer más tiempo en Valladolid, se dirigió hacia Guadalajara, desviándose del plan acordado con Allende.Este se lo reprochó, pues contaba con la posibilidad de recibir refuerzos del generalísimo en Guanajuato.[47]​ Pero en la zona del Bajío, las plazas que habían sido tomadas por los insurgentes fueron recuperadas por el ejército virreinal.Allende y Aldama reclamaron airadamente esta acción, pero Hidalgo fue condescendiente con los asesinos.Hidalgo ordenó a Ruperto Mier marchar con dos mil hombres para detener este otro avance.[54]​ Con un número reducido de tropa, los insurgentes se vieron obligados a huir hacia Aguascalientes.[55]​ Allende dirigió la tropa hacia Zacatecas, sin encontrar ayuda en esa ciudad decidieron dirigirse hacia el Saltillo, lugar que mediante la Batalla de Aguanueva había logrado tomar José Mariano Jiménez.[58]​ Reunidos en Saltillo, el 15 de marzo, decidieron emprender la marcha hacia Estados Unidos.[59]​ Dos mil quinientos hombres del ejército insurgente, a su paso por Saltillo, fueron puestos al mando de Ignacio López Rayón,[60]​ quien junto con José María Liceaga partió rumbo al sur para refugiarse en las montañas de Michoacán.[64]​ Ignacio Aldama y Juan Salazar fueron fusilados el 20 de junio en Moncolova; los religiosos Mariano Hidalgo, Mariano Balleza, Bernardo Conde, Pedro Bustamante, Carlos Medina, Ignacio Jiménez, Gregorio Melero y Piña, fueron fusilados en Durango el 15 de julio; fray Gregorio de la Concepción fue desterrado a España.[65]​ Hidalgo fue conducido a Chihuahua, donde fue juzgado, degradado eclesiásticamente y fusilado el 30 de julio.
Grito de Dolores, 16 de septiembre de 1810.
Ignacio Allende.
Ruta de la campaña militar de Miguel Hidalgo y zona de propagación del levantamiento armado de 1810 a 1811.