Con una breve noticia de los usos, costumbres y religión del pueblo de Calamar.. Es una novela colombiana escrita por Juan José Nieto Gil y editada por primera vez en 1844 estando su autor exiliado en Kingston.
Se comía llorando o haciendo que se lloraba, y suponiendo vivo entre ellos el difunto se despedían de él”[2] La narrativa propiamente dicha comienza igual antes de la colonia, con una rebelión entre los calamares que dio fin al mandato del tiránico cacique Marcoya y llevó al poder al caudillo popular Ostáron, quien para “evitar que el furor del pueblo recayese también sobre la familia del Cacique”, “se llevó a su casa la viuda y a Ingermina, entonces niña de sólo cuatro años”.
Comienza a surgir entre los indígenas una división entre aquellos que se someten, encabezados por Ingermina quién es rápidamente occidentalizada, y aquellos que buscar revelarse; estos últimos están encabezados por Catarpa, para quien sus compatriotas “se han humillado […] a los pies del vencedor, sin dar siquiera la más pequeña muestra de recibir el yugo con repugnancia”.
Después de un breve período viviendo dichoso con su suegro y su esposa, esta muere y Velásquez, desilusionado, parte hacia el Nuevo Mundo, donde es olvidado en una playa, junto a los indígenas de Calamarí.
Estos eran los días en que el reino calamar sufría la tiranía del cacique Marcoya, quien ataca a Velásquez, raptando su esposa e hija.