En la práctica, los ejércitos encontraron que es ventajoso desarrollar camiones según especificaciones militares, tales como los de tracción a todas las ruedas, para tener vehículos que funcionen fiablemente en todo tipo de clima y terreno.
La motorización no ofrece una ventaja táctica directa en los enfrentamientos de pequeñas unidades, porque los camiones y vehículos todoterreno son vulnerables a los disparos de artillería y armas ligeras.
La Primera Guerra Mundial fue el primer conflicto en donde se emplearon vehículos con motor de combustión interna para transportar pertrechos y personal, así como para combatir al enemigo.
Aunque no era más robusta que la infantería marchando, su incrementada velocidad fue decisiva en la estrategia del Blitzkrieg porque le permitía seguir a las formaciones Panzer y defender sus flancos.
Las mejoras de ingeniería durante el siglo XX permitieron desplegar vehículos cada vez más grandes.
En Rusia y la ex Unión Soviética, la palabra motostrelki (Мотострелки en ruso) es empleada para describir a la infantería mecanizada; durante la Guerra de Corea, este uso prevaleció en todos los países del Pacto de Varsovia.
Los últimos dos conflictos resultaron en una insurgencia a gran escala y se incrementó el uso de los artefactos explosivos improvisados.
Estos fueron descritos como "el primer vehículo específicamente construido para el campo de batalla moderno y sus redes".