El crucero desprotegido Infanta Isabel se construyó en los astilleros navales de Cádiz.
El Infanta Isabel tenía casco de hierro y estaba aparejado como una bricbarca.
Tres años después, en 1890, al mando de Ramón Auñón, el Infanta Isabel fue la capitana de una división internacional compuesta por buques británicos, estadounidenses y uruguayos, que medió entre los contendientes argentinos enfrentados durante la llamada Revolución del Parque.
[7] La Infanta Isabel permaneció en Nueva York como parte de la Gran Revista Naval allí desarrollada.
[8] Durante la guerra hispano-estadounidense, estuvo inactivo en el puerto de La Habana por reparaciones.
Por este artículo volvió a España junto con el Conde de Venadito.