La inclusión digital también está dirigida hacia el desarrollo de tecnologías que extienden la accesibilidad para usuarios con discapacidades.
En este sentido, entre otros, las nuevas tecnologías impactan en los procesos de construcción del conocimiento.
Los docentes no han elegido voluntariamente incorporar nuevas tecnologías para la enseñanza, por el hecho de que les facilita impartir sus clases; lo han hecho tomando nota del impacto de las tecnologías en sus prácticas como investigadores y como profesionales.
También se debe tener en cuenta la democratización de la educación abarcativa para todo el alumnado y asegurarse de que cada alumno tenga el debido acceso a las herramientas digitales y la conectividad necesaria.
El conocimiento impactado por la tecnología pone en evidencia su carácter provisional y sus procesos de transformación.
De modo concomitante, empiezan a aparecer en algunas prácticas de la enseñanza en las cuales las tecnologías cobran un sentido diferente al del modelo “apoyo-sustitución”: no pueden sacarse o ponerse, son imprescindibles para un aprendizaje genuino, del mismo modo que lo son los profesores y las profesoras que llevan a cabo las prácticas de la enseñanza que las incluyen”.
Algunas de las iniciativas más destacadas a nivel mundial es Un portátil por niño (OLPC, One Laptop per Child).
El objetivo de esta especialización es capacitar a los docentes en el uso de herramientas pedagógicas y digitales que les permitan comprender, planificar, implementar y evaluar propuestas pedagógicas medidas por tecnologías.
[17] Además del carácter inclusivo de esta política educativa, en la actualidad se discuten también las estrategias pedagógicas que se deben adoptar para lograr una inclusión tecnológica genuina, que le asigne un sentido profundamente didáctico al uso de las TIC en la educación.
Las tecnologías aportan contribuciones a la práctica pedagógica y al sistema educativo, en general.