[2][3] Carteles de George W. Bush junto a zapatos colgados a él han aparecido durante un relativamente largo tiempo en Medio Oriente e incluso la ex Secretaria de Estado Condoleezza Rice era despectivamente conocida como Kundara, que en árabe significa "zapato".
El periódico The Times of India diría al respecto que las sociedades árabes tienen prejuicios culturales contra el pie, porque es la parte del cuerpo más baja (y por lo tanto más sucia).
[7] Es mejor recitar las oraciones con zapatos que sin ellos, porque [recién] cuando el Profeta (Mahoma) se quitó sus sucios zapatos, ante el advenimiento del [arcángel] Gabriel, sus compañeros también se quitaron los suyos.
No en vano es estrictamente obligatorio entrar descalzo a rezar al suelo sagrado de las mezquitas.
Hasta la reina británica Isabel II, durante una visita oficial a un templo islámico tuvo que hacerlo, aunque en su caso especial se le permitió no quitarse las medias.
Mostrar a alguien la suela de un zapato también se considera un insulto: Así pues, cuando el ex embajador estadounidense ante la ONU Bill Richardson expuso o mostró, sin querer, la suela de su zapato durante una entrevista que tuvo con Saddam Hussein, éste abandonó la sala.
[1] El presidente Bush se agachó dos veces, evitando ser golpeado por los zapatos.
El reportero, Ihor Dmitriv, irritado por los comentarios sexistas del político, le arrojó un zapato al funcionario.
Dmitriv luego diría que su ataque había estado motivado por la supuesta locura del liderazgo político ucraniano, y agregó que "un zapato se va a convertir en uno de los principales medios (por parte de la gente común) para influir en sus dirigentes.