Cuerpo político

La analogía política se extendía también a las supuestas causas de trastornos y enfermedades, cuyos equivalentes en el campo político se consideraban "pestes" o "infecciones" que requerían "purgas", "sangrías" y otros remedios.

Plowden informa cómo ciertos abogados codificaron esta noción en el examen de un caso de propiedad de terrenos en torno a un regalo disputado por un anterior monarca; determinaron que Body politic… that cannot be seen or handled… [is] constituted for the direction of the People… [and] these two bodies are incorporated in one person… the Body politic includes the [king's] Body natural[12]​ ("el cuerpo político… que no puede ser visto ni manejado… [está] constituido para la dirección del pueblo… [y] estos dos cuerpos están incorporados en una persona… el cuerpo político incluye el cuerpo natural [del rey]").

En 1609 Edward Coke emitió su opinión disidente: que el poder mortal era hecho por Dios mientras la inmortalidad del poder real existía solo como un concepto humano.

[15]​ Suárez hace una intgerpretación secular: Alio ergo modo consideranda est hominum multitudo, quatenus speciali voluntate seu communi consensu in unum corpus politicum congregantur uno societatis vínculo et ut mutuo se iuvent in ordine ad unum finem politicum, quomodo efficiunt unum corpus mysticum, quod moraliter dici potest per se unum ("por un acto especial de voluntad o común consentimiento se integran los hombres en un cuerpo político con un vínculo social para ayudarse mutuamente en orden a un fin político; de este modo, forman un solo cuerpo místico que puede llamarse uno en sentido moral").

[17]​ La monarquía española, menos sacralizada y más temporal que la inglesa o la francesa, no desarrolló conceptos de "doble cuerpo".

En España los Reyes superaron el desafío de la Revolución con argucias meramente humanas, transigiendo y luego imponiendo, como Fernando VII, o imponiendo y, más tarde, marchándose, al estilo de su hija Isabel II.

De otra forma, la Monarquía degenera en tiranía, contra la que los súbditos están autorizados a defenderse.

La portada de Leviatán de Thomas Hobbes (1616) es una famosa plasmación gráfica de la analogía propia de la expresión "cuerpo político". Comparando al Estado con un monstruo bíblico, muestra la imagen del cuerpo de un gigantesco rey formado por un multitud de ciudadanos coronada con una cabeza individual. [ 1 ]
El coloso (de fecha -1808 a 1812-, autoría -Goya o alguno de sus discípulos- e interpretación debatidísimas), propone una poderosa imagen de apariencia similar, en el contexto histórico de las poderosas fuerzas desatadas por la aplicación de los principios políticos ilustrados en las revoluciones liberales de finales del XVIII y comienzos del XIX.