El ataque terminó siendo inútil pues los operativos argentinos en la región siguieron bloqueando Montevideo.El cuerpo diplomático extranjero aceptó la medida excepto el comodoro británico John Brett Purvis, que desconoció tal derecho y se dirigió a Brown desconociendo el rango y tratamiento que le correspondía llamándolo simplemente "Mr.Brown, súbdito británico al mando de los buques de guerra de Buenos Aires".Al regresar divisó a un buque pesquero que intentaba burlar el bloqueo.El capitán del pesquero incapaz de refugiarse en puerto o acogerse a la escuadrilla riverista al mando del coronel José Garibaldi e integrada por las goletas Intrépida e Independencia, la ballenera General Medina y los pailebotes Republicano y Atrevida, puso rumbo a una cercana barca mercante que no enarbolaba bandera alguna atracando a su banda.Cuando la San Cala regresaba a ocupar su posición en la línea bloqueadora fue abordada por la Congress, arriándose la bandera oriental e izándose el pabellón estadounidense, mientras que la oficialidad y tripulación eran trasladados prisioneros al Congress.En la mañana siguiente Voorhees respondió con soberbia sin atender a la cuestión de fondo.La San Cala y sus 26 tripulantes permanecían detenidos, los pescadores habían sido liberados y separados de la escuadra los marineros de origen estadounidenses, mientras que el bloqueo continuaba detenido.El 27 de septiembre, finalizadas las tareas a bordo del Echagüe, Toll había zarpado para reunirse con la escuadra ignorando lo sucedido.La decisión adoptada por Toll sin esperar el debido desagravio fue juzgada severamente por Rosas.hubiese enarbolado el Pabellón de los buques argentinos el día 2, después de las ocurrencias desagradables que habían tenido lugar (...) cuyo desenlace por su importancia y resultado debió reservarse al juicio del gobierno".En el Río de la Plata, en un último y trágico incidente, el 11 de noviembre el teniente Newman, comandante del Bainbridge, se suicidó arrojándose al agua afectado por la dura reprensión recibida de Voorhees por no haber sabido evitar que cuatro comerciantes españoles fueran secuestrados del buque que los transportaba y asesinados.Mientras se encontraba navegando cerca del Ecuador, se jactó ante su lugarteniente David Dixon Porter que desobedecería sus órdenes y en lugar de dirigirse a Norfolk iba a navegar en línea recta a Annapolis, donde su esposa y su influyente familia política le esperaba: Voorhees estaba vinculado por medio de su esposa con el futuro presidente Zachary Taylor.El 24 fue hallado culpable por unanimidad y condenado "a ser reprendido en una orden generada por el Secretario de la Marina, y a ser suspendido por el término de tres años desde esta fecha".Sin embargo, las influencias pudieron más y se dejó de lado la sanción reincorporándoselo al servicio activo con su rango en 1847, y recibiendo el mando del East India Squadron enarbolando su insignia en el USS Plymouth.Cooper más tarde revisaría su posición y en un breve e inexacto relato de los hechos señalaría que "En 1844 el capitán Voorhees capturó un escuadrón argentino y un crucero aliado que había disparado contra su convoy (...) Voorhees liberó esta escuadra después de una disculpa, pero detuvo al crucero que había agravado el asalto al disparar utilizando una bandera falsa.Sin embargo, esta captura motivó una serie de cargos por los que fue juzgado por tribunales militares en 1845.[3] En igual sentido y reescribiendo la historia su sucesor el fiscal general Jeremiah Sullivan Black diría que Voorhees «fue víctima de más errores gubernamentales que ningún otro hombre en la Historia de la Marina estadounidense».