La imprenta llegó a Segovia en el año 1472, por lo que está considerada como la primera ciudad española en disponer de este taller.
En el último tercio del siglo XV d. C. la ciudad de Segovia reunía las condiciones propicias para el establecimiento de la imprenta: reinaba Enrique IV, era el centro político del reino, contaba con cierto desarrollo industrial, tenía una Casa de la Moneda entre otros edificios oficiales y sobre todo tenía un obispo muy interesado en los temas humanísticos, don Juan Arias Dávila.
Además, en 1466 y a instancias del obispo junto con el favor real, se había creado el Estudio General, un centro de formación para eclesiásticos, que necesitaba ser abastecido de obras para la enseñanza.
Párix abandonó Segovia en 1475 y un año después ya imprime en Toulouse ciudad donde se instala definitivamente.
Tras esta experiencia impresora Segovia tardó casi un siglo en tener otra imprenta.