Siempre fiel a su patria y al amor que profesaba a la isla en que nació, Serís pidió al Senado medidas para la defensa de Canarias ante cualquier contingencia bélica, llegando a paralizar un artículo en el que se proponía un trueque del archipiélago canario por el peñón de Gibraltar.
Asimismo, reivindicó derechos históricos sobre la franja africana como garantía de protección para las islas.
Al acabar sus estudios se le destinó a la isla de Cuba donde intervino ocho años en la guerra colonial.
Su experiencia le facilitó un conocimiento de la problemática entre la metrópoli y colonia que demostró luego en su discurso político.
Agradece a otro senador una alusión hacia su persona se está hablando de Cuba: Tuvo la oportunidad de conocer una Cuba tranquila y acogedora para intervenir después directamente en el conflicto armado que la sacudió durante ocho años.
Toda la belleza y fuerza que le ha otorgado la naturaleza pueden ser armas para perpetuar las generaciones y también para convertirse en motor de lucha que bien puede llevar a la victoria de los nativos.
Su idea de colonialismo derivará hacia un sentido más práctico, como es propio del momento.
En otros discursos reclama una mayor presencia de las fuerzas navales en el Caribe.
Para ser aún más rotundo en sus advertencias insiste en los muchos puntos débiles por donde pueden entrar los enemigos.
Pese a que muy joven salió de su isla, dedicó por entero su actividad e influencia en engrandecer la tierra en donde nació.