Como es lógico, su trabajo se enfoca en las hazañas correspondientes a su materia y la gloria de los guerreros musulmanes bajo su mando.
Él describe a Saladino siempre en los términos más entusiastas.
Sus notas dicen: Estas afirmaciones no siempre son aceptadas por los expertos del tema debido a que no hay relatos de cronistas cruzados o cristianos que indiquen lo mismo.
Ambos bandos en las Cruzadas, cristianos y musulmanes, veían a las mujeres en el combate como un tabú, así que parece improbable que cualquiera de los dos bandos aceptara mujeres como miembros formales de sus ejércitos.
Al contrario hubiera figurado en los intereses de los cronistas musulmanes retratar mujeres cristianas fungiendo como guerreras debido a que esto hubiera sido vergonzoso para los ejércitos cristianos.