Los imanes monomoleculares (en inglés: single-molecule magnet) o moléculas imán son sistemas en los que se puede obtener magnetización permanente e histéresis magnética (normalmente, a temperaturas extremadamente bajas), no a través de un ordenamiento magnético tridimensional, sino por un fenómeno puramente monomolecular.Los requisitos que se citan comúnmente para que un sistema se comporte así son: La combinación de estas propiedades pueden llevar a una barrera energética tal que, a bajas temperaturas, el sistema quede atrapado en uno de los valles energéticos de alto espín.Los imanes moleculares exhiben un producto de susceptibilidad magnética por temperatura que crece al bajar la temperatura, y pueden ser caracterizados por un desplazamiento, tanto en posición como en intensidad, del pico en susceptibilidad magnética a.c..El primer imán molecular fue el Mn12, un complejo dodecanuclear de manganeso, que se mantiene por puentes oxo y aniones acetato; actualmente existen una multitud de sistemas y estrategias para desarrollarlos, no solo con metales de transición sino también con lantánidos.[1] Los imanes moleculares son interesantes tanto desde un punto de vista puramente teórico, por su comportamiento cuántico,[2] y desde un punto de vista práctico (aún en etapa especulativa) tanto como candidatos a qubits para computación cuántica,[3] como para enfriar sistemas a temperaturas muy bajas (por debajo de 1 K).
Diagrama de cajas de la temperatura de bloqueo (temperatura máxima de histéresis magnética) frente al año de publicación para moléculas imán basadas en un solo ion lantánido.
[
4
]