La nueva gestión de Isabel Oliver y los Acosta, que constituyeron la empresa Salinas de Almería en 1904, trajo consigo importantes beneficios que redundaron en el equipamiento urbano para los trabajadores salineros, construyéndose así la iglesia en 1907.
Tras diversas vicisitudes, un amplio movimiento social siempre exigió la recuperación del templo.
La fachada se abre a una escalinata flanqueada de dos pilastras rematadas con molduras y un pórtico tetrastilo in antis orientado al sureste, formado por columnas de fuste liso y capitel plano, levantadas sobre plinto.
Sobre el mismo se sitúa el balcón del pórtico, con un vano enmarcado en arco de medio punto y decorado con una cruz entre grutescos.
En general, se puede describir su aspecto como italianizante, cosa inusual en un ámbito rural y marinero.