En 1931 fue declarada monumento artístico nacional, y está catalogada en la actualidad como Bien de Interés Cultural.
La cabecera consta de tres ábsides poligonales al exterior y semicirculares al interior, cubiertos con bóvedas de medio cañón.
La torre es de planta cuadrada y maciza de cal y canto, fue construida posteriormente y se eleva sobre la iglesia junto al muro occidental ocupando parte del atrio de ladrillo que recorría los lados norte, oeste y sur, del que aún quedan restos.
En su interior conserva pinturas murales mudéjares y una capilla decorada con yeserías.
Tras su desamortización a finales del siglo XIX fue convertida en viviendas, siendo recuperada en la década de 1980 por la Escuela Taller, y en la actualidad alberga el Centro de Interpretación del Arte Mudéjar, donde la imagen, la luz y el sonido pretenden mostrar al visitante las peculiaridades de este arte.