Se conservan algunas arcadas del claustro antiguo entre los edificios levantados en su solar.
Entre los más famosos se encuentra el padre Isla, escritor español del siglo XVIII que pasó aquí unos años de su juventud.
A los lados del ábside hay dos puertas: una conduce a la estancia donde se guardaban los exvotos y ofrendas y en su origen fue capilla de enterramiento de Juan de la Torre, administrador del marqués de Astorga; y la otra da acceso a la sacristía cuadrada, cubierta por cúpula semiesférica con linterna que recibe la luz.
Las dos calles laterales están separadas por columnas salomónicas que también aparecen en el cuerpo superior o ático.
El coro alto a los pies es de gran tamaño, necesario para la que fue una numerosa comunidad.