En diciembre de 1776 ya había culminado las obras.
Su portada la forma una puerta adintelada rematada por un frontón partido que acoge un gran óculo.
A su derecha se levanta la torre, con caña lisa y campanario formado por vanos de medio punto y chapitel con cubierta de azulejos.
Se cubre con media naranja en el crucero y bóvedas de cañón en el resto del edificio.
Tras el presbiterio se sitúa una sacristía de planta cuadrada con bóveda vaída.