Se caracteriza por ser el único templo del país que es referido con el nombre de un establecimiento fabril, así como por su estilo ecléctico de inspiración francesa.
[1] Este acuerdo consistió en que los indígenas del barrio habilitarían la hospedería para fundar el convento y asegurarían la recaudación de suficientes limosnas para mantenerlo, pidiendo como condiciones el que fueran monjas clarisas, y el derecho de dar sepultura en la iglesia a todos los vecinos del barrio.
[2] El convento fue demolido para construir la nueva fábrica, dejando solo el templo en pie.
[3] Para su construcción se trajeron las linternillas y los vitrales de Francia.
Su órgano tubular fue fabricado en el Reino Unido por la firma J. W. Walker & Sons Ltd.