[1][2] Sobre una iglesia medieval de estilo mudéjar, se empezó a construir un templo gótico en el siglo XVI.
En 1550 Hernán Ruiz sustituyó por columnas los primitivos pilares góticos.
A mitad del siglo XVIII, ante su arruinamiento, el arquitecto diocesano Cristóbal Ortiz da las condiciones para la reconstrucción de la nave central y colaterales.
El segundo orden es jónico de pilastras pareadas centradas por un vano de medio punto entre pilastras jónicas.
El conjunto se corona con un frontón recto decorado con bolas, en cuyo tímpano figura un azulejo de Santo Domingo.