Un idiófono, según la clasificación de Hornbostel-Sachs, es un instrumento musical que tiene sonido propio porque usa su cuerpo como materia resonadora.
Su cuerpo, de madera, metal o piedra,[2] es duro pero sonoro, con la suficiente elasticidad como para mantener un movimiento vibratorio.
La familia de los idiófonos está formada por una gran diversidad de instrumentos, desde campanas, castañuelas, almireces y xilófonos hasta platillos y gongs.
Estos términos sustituyen al más general e impreciso «instrumento de percusión», cuando es necesario recurrir a una terminología más precisa.
[2] Los idiófonos pueden ser clasificados por la forma de hacerlos sonar, por el movimiento requerido para hacerlos sonar, su incidencia sobre el instrumento y sus componentes:[1]