Transmiten la información sobre la longitud del músculo al sistema nervioso central a través de neuronas sensoriales.
En 1945 Leksell planteó que el huso muscular tiene su propia inervación eferente o fusimotora.
En el mismo año Matthews demostró las dos categorías funcionales de la fibra fusimotora: dinámica y estática.
[2] Los husos neuromusculares (HNM) se encuentran en el interior del vientre de los músculos, incrustados en las fibras musculares intrafusales.
Los husos neuromusculares están compuestos por 3-12 fibras musculares intrafusales, de las que hay tres tipos:
Se han propuesto varias teorías, basadas en los registros de las aferentes del huso.
Asimismo, las fibras sensitivas secundarias (neuronas aferentes del grupo II) responden a cambios en la longitud muscular (pero con un componente velocidad-sensibilidad más pequeño) y trasmiten esta señal a la médula espinal.
Las señales aferentes Ia se transmiten monosinápticamente a muchas motoneuronas alfa del músculo correspondiente.
Se cree que el huso neuromuscular juega un papel crítico en el desarrollo senso-motor.