Con esta indicación la pieza se vincula al género romántico de la humoresca, que según Schumann abarca "dos rasgos tan profundamente arraigados en la nacionalidad alemana como la exaltación de los sueños (das Schwärmerische) y el humor".
Sobre ella escribió, por ejemplo:[6] Guy Sacre la considera una gran fantasía "de unas cuarenta páginas, aparentemente discontinua, pero cuyos numerosos clímax, cambios de métrica, tempo y tonalidad no le restan continuidad (veracidad) psicológica".
[5] La obra consta de un solo movimiento formado por siete secciones contrastantes (no indicadas en un principio como tal por el compositor, excepto la última, "Zum Beschluss"), que deben tocarse attacca una tras otra sin pausas.
[5][7] Esta composición es más popular entre los pianistas que entre el público,[8] y según Robert Cummings algunos musicólogos la consideran un intento poco acertado de Schumann de "llevar su fórmula en Kreisleriana un paso más allá.
"[3] No obstante, la obra ha sido reivindicada por críticos como Judith Chernaik[9] y John C. Tibbetts,[10] que sitúan Humoreske entre las mejores creaciones de Schumann.