En 1826, con 35 años, se retira del negocio de las velas para dedicarse exclusivamente a la historia natural.
Para ello construyó él mismo una goleta, “The Discoverer”, especialmente diseñada para recolectar y almacenar objetos de historia natural.
Tras regresar a Valparaíso estuvo cinco meses clasificando sus hallazgos y recolectando nuevos especímenes locales.
Su gran ambición era aumentar la colección de conchas del Museo Británico, para lo cual comenzó a planear su siguiente viaje.
Luego tomó dirección Norte recolectando conchas en cada lugar que vio prometedor del norte de Chile, Perú, Ecuador, las Islas Galápagos (antes de que lo hiciera Charles Darwin), Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, hasta llegar a Acapulco (México).
Tras regresar a Inglaterra conoció y mantuvo correspondencia con Charles Darwin acerca de sus descubrimientos.
El domicilio de Cuming en Gower Street era frecuentado por otros especialistas como Ludwig Karl Georg Pfeiffer (1805-1877), Arthur Adams (1820-1878), Gérard Paul Deshayes (1795-1875), Philip Pearsall Carpenter (1819-1877), Temple Prime (1832-1905), Georg von Frauenfeld (1807-1873), John Samuel Gaskoin (1790-1858), John Edward Gray (1800-1875), William Swainson (1789-1855), Henrik Beck (1799-1863), Jules René Bourguignat (1829-1892), Gerhard von dem Busch (1791-1868), Joseph Charles Hippolyte Crosse (1826-1898), Wilhelm Bernhard Rudolph Hadrian Dunker (1809-1885), Sauveur Petit de la Saussaye (1792-1870), Rodolfo Amando Philippi (1808-1904), Constant A. France Récluz (v.
Pocos años después de su viaje a Filipinas cayó enfermo en 1846, quedando con una parálisis parcial y bronquitis crónica.
Ciertamente muchos e importantes autores de la conquiología se basaron en estas colecciones, incluyendo a Lovell Augustus Reeve con su Conchologia Iconica (1843-1878, en monumentales veinte volúmenes) y George Brettingham Sowerby I con su Thesaurus Conchyliorum (1842-1887, en cinco volúmenes).