Hubertine Auclert

A los nueve años fue internada en un colegio religioso donde realizó sus estudios; su padre falleció cuando ella tenía trece años y, muy creyente, se planteó ordenarse religiosa en la congregación de San Vincente de Paul, pero no fue aceptada.

Considerada demasiado independiente por las religiosas, fue expulsada por segunda vez de la vida monacal en 1869.

Victor Hugo le propuso participar en el periódico Futuro de las mujeres (Avenir des femmes) dirigido por Léon Richer y Maria Draismes.

Apostó entonces por el movimiento socialista y participó en el tercer congreso nacional obrero que en octubre de 1879 se celebró en Marsella.

[8]​ Hubertine Auclert innovó también en la lucha feminista reclamando la feminización de ciertas palabras (testigo, abogado, elector, diputado, etc.).

[7]​ En 1888, se estableció durante cuatro años con su marido en Argelia antes de regresar a París.

[8]​ En 1908, las francesas casadas lograron finalmente el control de sus propios salarios pero Auclert, que tenía ya 60 años, continuó reivindicando la igualdad completa y protagonizó varias acciones para llamar la atención de la discriminación contra las mujeres.

Durante las elecciones municipales de ese año rompió simbólicamente una urna en París.

Auclert en 1910