Hospital del Divino Salvador

Poco después el arzobispo Aguiar y Seijas pensó que sería prudente mudar la obra de Sáyago a un lugar más adecuado, ya que la casa del maestro ensamblador era inadecuada para prestar un servicio tan importante.

Esta situación por suerte no duró mucho, ya que los padres de la Compañía de Jesús y los pertenecientes a la Congregación del Divino Salvador decidieron mantener con limosnas a las enfermas asiladas.

En este momento se comienza a conocer al hospital: Divino Salvador.

En 1700 comenzó a funcionar el Hospital del Divino Salvador en su nueva ubicación.

La congregación procuró ampliar las instalaciones del hospicio comprando distintos terrenos aledaños y adecuándolos a las necesidades de las enfermas.

Las obras fueron realizadas por el arquitecto José Joaquín García de Torres.