Obtuvo dinero en el siglo XVII de las populares representaciones teatrales que realizaba en el patio del edificio.
[2] Luego se trasladaría esta funcionalidad al que será el Teatro Principal de Zamora.
En el año 1768 el obispo de Zamora: Antonio Jorge y Galván, hizo que se fundara en el interior del edificio del hospital unas salas de maternidad destinadas a la 'guardia'.
Si los bebes eran ilegítimas, no retornaban a sus madres, al entenderse que suponía cierto peligro para el futuro de los niños.
Se produjo de esta forma hasta que en 1796 Zamora tuvo su Inclusa propia.