Horos

A falta de ello, el comprador se convierte en propietario del bien.

Así, uno del siglo IV a. C., descubierto en Naxos indica: Esta hipoteca (griego ἀποτἱμημα προκός, apotímêma prokós) concierne a la dote pagada por el padre de la esposa a su yerno.

Este bien queda en manos del marido, pero puede ser embargado por su suegro si se comprueba incapaz de devolver la dote.

Al contrario, limitándose a prohibir las garantías tomadas sobre la persona de los prestadores o de su familia, no deja a los campesinos otra elección que hipotecar sus tierras.

Louis Gernet rechaza esta interpretación que le parece demasiado compleja y fundada sobre el concepto de «ficción jurídica», de la que duda su existencia en la época arcaica.

Para Gernet, los hectémoros no son deudores hipotecarios, sino una clase social estatutariamente dependiente de los propietarios rurales.

Los horoi marcarían pues las tierras que, poseídas por los Eupátridas (aristócratas atenienses), son concedidas a los hectémoros y Solón habría, en sentido propio, «hecho cesar la esclavitud del pueblo».

Mojón que marca el límite del barrio del Cerámico, museo arqueológico del Cerámico .
Horos marcando el límite de la Vía Sagrada a Eleusis , hacia 520 a. C., Museo Arqueológico del Cerámico .