Hormigón celular

La densidad se controla normalmente mediante la sustitución total o parcial del agregado fino con espuma.

En obra, es ideal para contra pisos, carpetas, rellenos e inyecciones; también es utilizable en muros o tabiques con moldes adecuados.

En general, la densidad que debe poseer la espuma para obtener una consistencia cremosa y fluida en la malta bombeable es de 75 g/L.

[2]​ Otra característica importante es que posea una estructura contenida para permitir un fácil transporte y ubicación en obra, así como su capacidad productiva.

Los productos de hormigón celular incluyen bloques, tabiques, dinteles, forjados y cubiertas.

Atrapado de manera homogénea en la masa del material, el aire desempeña un importante rol como aislante.

El hormigón celular es un material que respira, dejando pasar el vapor de agua producido por los ocupantes y las actividades cotidianas.

Esta hidroregulación es esencial para minimizar los riesgos por humedad, condensación y proveer protección contra la aparición de hongos.

Los pocos y totalmente inertes desechos producidos durante esta fase de producción se reutilizan en un 90%.

Detalle macro de hormigón celular curado en autoclave.