Horacio Kalibang o los autómatas es un cuento argentino de ciencia ficción escrito por Eduardo Ladislao Holmberg y publicado en 1879.
El cuento tiene una dedicatoria a José María Ramos Mejía, quien poco antes había publicado una tesis sobre traumatismo cerebral.
Kalibang se presenta y, ante los comensales, inclina su cuerpo de manera que parece desafiar la gravedad.
Baum presenta a los visitantes un espectáculo en el que sus invenciones tocan música, hacen esgrima y representan escenas de todo tipo.
Al final Baum muestra una copia exacta de la cena en la que se había presentado Kalibang, que termina degenerando en una pelea cuando el inventor le desarticula un brazo a un autómata y se la lanza a la copia de Hipknock.
Los presenten se preguntan por qué Fritz no acudió a la fiesta, cuando entra Horacio Kalibang para entregarle al burgomaestre una carta de su primo.
Existiría también un horror vinculado a la capacidad de repetición que las máquinas van adquiriendo en el proceso modernizador.