La primera edición probablemente se escribió en la corte del rey Josías de Judá (finales del siglo VII a. C.) y una segunda edición revisada durante el exilio en Babilonia (siglo VI a. C.), con revisiones adicionales en el período posterior al exilio.
Baruch Spinoza confirma esta impresión diciendo que los así llamados "libros históricos" parecían encontrar su inspiración en el Deuteronomio, pues en aquellos se cumplía lo que Moisés había mandado o profetizado en el último libro del Pentateuco.
sumando todos los años de la conquista, jueces y reyes coincide con los datos que va dando, como la construcción del templo 480 años tras la salida de Egipto, en 1R 6:1), y usa el mismo lenguaje (a esto no le dedica mucha atención) y los mismos recursos estilísticos (como los discursos o reflexiones teológicas que insiere en ciertos momentos).
En primer lugar hay una gran desproporción en la extensión que se dedica a tratar las diferentes materias.
críticas a Noth) afirmando que hubo tres ediciones del texto: un autor que denomina deuteronomista histórico (DtrG), otro llamado "deuteronomsta profético" (DtrP) y otro "deuteronomista nomista (DtrN).
Por último el autor nomista completa la historia inspirándose en las leyes del Deuteronomio.
Todo esto, siempre según Smend, se llevaría a cabo durante el exilio.
Vueltos del exilio, en la época persa, se haría una revisión de la obra.
Se podría considerar que T. C. Römer, en su obra,[7] propone una conciliación entre todos los autores anteriores.
Gerhard von Rad, contra la opinión de Noth, propone que la finalidad del libro es infundir optimismo en el pueblo exiliado.
Hans Walter Wolff[9] propone que la finalidad del deuteronomista es infundir esperanza al pueblo exiliado.
Para lograr esto el autor pone la base en los libros del Deuteronomio y de Josué, dando a entender cuáles serían las reglas que Dios pone a su pueblo y por qué.
Se podría decir sin miedo a equivocarse que tras el asedio y caída de Samaria (finales del siglo VIII a. C.) muchos israelitas del norte emigraron a Judá, adonde llevaron sus propias tradiciones, de las que está llena la historia deuteronomista.
También a finales del siglo VII, con Josías, se da una gran reforma religiosa.