La historia externa del español alude a la descripción cronológica de las influencias culturales, históricas, políticas y sociales que influyeron en los hechos lingüísticos.La historia externa contrasta con la historia interna (a veces llamada gramática histórica) del español, que refiere a la descripción cronológica y la sucesión de cambios acaecidos dentro del propio sistema de la lengua.Las lenguas prerromanas decayeron en su uso y se limitaron cada vez más a las áreas rurales.Inicialmente, se dio un extensivo bilingüismo en los principales centros de ocupación romanos, y posteriormente las lenguas indígenas quedaron limitadas a las regiones más aisladas.En el siglo VIII, la expansión musulmana en la península ibérica puso a las lenguas romances peninsulares bajo una fuerte influencia léxica del árabe (más de 4000 vocablos en español).Se utilizaban en usos no formales por la mayor parte de la población, tanto por los cristianos arabizados como por los musulmanes, si bien con el tiempo se dio un proceso de sustitución lingüística hacia el árabe, que era la lengua para usos formales y literarios.Sin embargo, debido a la confusión que se producía entre los fonemas /s̪̺ s̺ / en algunas zonas de la península —especialmente en el sur— y su posterior influencia en las colonias asentadas en América, ambos se fusionaron en /s/ en ciertas zonas del sur de la península, las Islas Canarias e Hispanoamérica.[7] El castellano medieval, con sus influencias prerromanas, se expandió al sur de la península a medida que avanzaba la Reconquista.Por otra parte, desde el siglo XX, millones de hispanoamericanos han emigrado a Estados Unidos, con lo que se han convertido en la minoría más numerosa del país: más de 41 300 000 personas (2004).Junto a características específicamente riojanas, se encuentran rasgos presentes en las diversas variedades dialectales hispanas: navarro, aragonés, asturleonés y mozárabe.En 1492, Antonio de Nebrija publicó en Salamanca su obra Gramática castellana, la primera gramática de la lengua castellana (y la primera de una lengua moderna europea), en cuyo comienzo del prólogo dice la famosa frase, que ahora suena profética, Según algunos autores, la novedosa gramática no tuvo una excesiva repercusión en una época todavía marcada por el humanismo italiano.Por ejemplo para la palabra mensa, 'mesa', se tienen siete homófonas que realizan 12 combinaciones diferentes de caso y número: A entornos del latín vulgar, se produjeron algunos cambios fonológicos que redujeron y complicaron el sistema declinacional: Los adjetivos que distinguen entre masculino, femenino y neutro podían llegar a tener hasta 12 terminaciones diferentes frente a las cuatro como máximo del español moderno (-o, -a, -os, -as) El sistema de casos frecuentemente era ambiguo a la hora de determinar qué función desempeñaba una palabra.Consecuentemente, era necesario valerse de otras pistas, como un orden sintáctico más fijo y nuevas construcciones preposicionales, para discernir las distintas funciones.Con los cambios fonológicos ya mencionados, podía darse confusión sobre cuál de las palabras en una oración debía interpretarse como sujeto y cuál como objeto, por lo que se propagó la construcción a + sustantivo en el latín vulgar para determinar un objeto directo o indirecto, fenómeno que se conserva en el español medieval y moderno: El latín carecía de una marca específica para el plural pues se valía de las terminaciones casuales (dominus, domini; rosa, rosae).El caso más empleado, sin embargo, el acusativo, terminaba en /s/ en el plural (rosas, dominos, homines).
Principales variedades del español.
Evolución cronológica de los idiomas en la
península ibérica
, en mostaza el idioma español con el término
castellano
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