La fiscalidad tiene antecedentes históricos que se remontan a la Antigüedad, pues estuvo presente en todas las grandes civilizaciones.
Economía en la Antigua Grecia), y luego en el Imperio romano,[13][14][15] la fiscalidad frecuentemente estaba asociada con el territorio,[16] y tenía por finalidad alimentar el "tesoro público" (o del emperador o mandatario de turno…), lo que permitía desarrollar la vida en las ciudades, defender el territorio, mantener las guerras, y concretar cierto tipo de alianzas.
El llamado Assessment Tax creado en 1643 fue el primer impuesto en la historia que recayó sobre las clases superiores propietarias (entre 1643 y 1646 representó el 25 % de los ingresos fiscales).
En la Edad Media, la fiscalidad es real y/o señorial y/o religiosa, y el impuesto puede ser pagado en especies (trabajo directo, integración en la armada…).
[21] Cuando el crecimiento económico se debilitaba en España y cuando la unidad nacional aún no existía ni en Alemania ni en Italia, Inglaterra y particularmente Francia (esta última tres veces más poblada que su rival del otro lado del Canal de la Mancha), eran los dos grandes Estados de la época.