Historia de la eternidad

[1]​ El libro tiene dos epígrafes, uno de Quevedo y otro de Samuel Johnson, y aparece rubricado al final: Adrogué, 1933.

Según declara el propio Borges en el prólogo de la obra, la eternidad

En los ensayos Las Kenningar y La metáfora, analiza este recurso poético, en particular desde el punto de vista de la antigua epopeya germánica.

Comparando las metáforas presentes en las antiguas sagas islandesas con otras de siglos muy posteriores, observamos que las mismas se repiten de cultura en cultura:

Completan el libro uno de sus más conocidos relatos ensayísticos, el cual aparece asimismo en su libro Ficciones: El acercamiento a Almotásim, y un breve y suculento repaso de la literatura satírica y el insulto clásico (El arte de injuriar).