Se caracteriza clínicamente por una reacción eccematosa en el lugar de contacto con el antígeno (Ag).
[2] Un eccema, está caracterizado por lesiones inflamatorias, tales como: eritema, vesículas, o pápulas.
El término eccema, se aplica también para dermatitis causadas por contacto con una sustancia, para la cual el paciente ya está sensibilizado: eccema de contacto.
Estos metales actúan como haptenos que se conjugan con proteínas normales del organismo formando complejos moleculares hapteno-portador.
[1][2] Estos complejos son degradados y procesados por células de Langerhans, que llevan el antígeno expuesto en moléculas de MHC de clase II hasta los ganglios, donde se sensibilizan linfocitos CD4 Th1 específicos.