Allí fue contemplado por Cosme III de Médici, a quien no pareció justificada la fama que había alcanzado la obra.
En 1827 pasó a formar parte del nuevo Museo de Pintura y Escultura (el Prado), pero, al catalogarse como copia, no se consideró de interés exhibirlo junto a las obras principales, y se cedió a la Universidad de Granada.
Fue vencida por Hipómenes gracias a una estratagema facilitada por Afrodita: arrojarle manzanas de oro del jardín de las Hespérides para que se detuviera a recogerlas.
Las líneas de tensión y las opuestas direcciones determinan una composición abierta.
Todas las características muestran una tensión entre dos mundos estéticos que se dan simultáneamente en la Italia del mil seiscientos: el estilo barroco caravaggista y el clasicismo de los Carracci, escuela ésta en la que se enmarca el autor.