[4] Profesó el 24 de junio de 1569 y tres meses después quiso la priora que hiciese ejercicios espirituales con «un padre muy docto y espiritual», lo que para ella supuso una auténtica conversión.Al poco tiempo fue nombrada maestra de novicias, cargo que retuvo durante treinta años.[7] Escribió su autobiografía entre 1604 y 1615 a petición de su confesor, Ramón Samsó, empleando la tercera persona a partir del capítulo quinto también por recomendación del confesor.En ella Hipólita se manifiesta plenamente ortodoxa, rechaza vehemente la herejía y demuestra buen conocimiento del latín y de la patrística, con especial inclinación por san Agustín.[9] Rigurosa en la mortificación, pese a su quebrantada salud, sus reflexiones autobiográficas muestran que temía ante todo al pecado, al que combatía con la oración mental y el estudio, y ansiaba el martirio.