La escritura hierática, término proveniente del griego ἱερατικά (hieratika, ‘sagrado’),[1] permitía a los escribas del Antiguo Egipto escribir de forma rápida, simplificando los jeroglíficos cuando lo hacían en papiros, y estaba íntimamente relacionada con la escritura jeroglífica.
[nota 2] Según Goedicke, el hierático se utilizó por primera vez durante el Periodo protodinástico de Egipto, al mismo tiempo que se desarrollaba la escritura jeroglífica (más formal), utilizada sobre todo en piedra.
Aunque los signos guardan evidentes similitudes, puede ser un error considerar el hierático como un derivado de la escritura jeroglífica.
Los jeroglíficos tallados en piedra no aparecen hasta la primera dinastía, cuando el hierático ya era una práctica habitual.
Los dos sistemas de escritura están relacionados en una evolución paralela, no en una única lineal.
[2] El hierático se utilizó durante todo el período faraónico, incluso en la época greco-romana de Egipto.
Alrededor del año 660 a. C., en la época de Psamético I, el demótico (y más tarde el griego) sustituyó al hierático en la mayoría de los escritos seculares, pero el hierático siguió siendo utilizado por los sacerdotes durante varios siglos, hasta el siglo III.
A lo largo de su historia, el hierático se utilizó para la escritura de documentos administrativos: cuentas, textos jurídicos, cartas, temas científicos: matemáticos o médicos, literarios, y textos religiosos.
Hay algunos inscritos en piedra, una variedad conocida como lapidario hierático, que son particularmente usuales en estelas de la dinastía XXII.
[nota 4] El hierático ha tenido influencia en otros sistemas de escritura, la más obvia es en el demótico, su descendiente directo.