Después del ácido gálico, el hidroxitirosol es considerado como uno de los antioxidantes naturales más potentes.
En la naturaleza, el hidroxitirosol se encuentra presente en el olivo, concentrándose principalmente en las hojas, donde actúa como inmunoestimulante y antibiótico.
Del mismo modo, se escuentra presente en el aceite de oliva extravirgen (y no en el resto de los aceites, ya que se elimina con el refinado), tanto en su forma libre como en forma de oleuropeina, responsables su sabor amargo.
Se han descubierto diversas efectos biológicos del hidroxitirosol, entre las que destacan el descenso en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, la prevención frente a la aparición de ciertos tipos de cáncer (espacialmente de colon y piel), así como propiedades antiinflamatorias y antivíricas.
[1] Su presencia en el aceite de oliva extra virgen hace que el hidroxitirosol sea comúnmente ingerido en los países donde la dieta mediterránea es predominante.