Al ser un compuesto aromático comparte todas las características comunes entre ellos, entre las que se encuentran: A temperatura ambiente adopta forma cristalina de color blanco.
El tratamiento térmico de residuos se efectúa en un proceso constituido por dos etapas: Los procesos tradicionales que utilizan el exceso de oxígeno, son exotérmicos y operan a temperatura más altas que los pirolíticos.
La presencia de HCB en los gases y partículas emitidas en incineradores puede ser debido a tres principales causas: El HCB, una vez liberado al medio, queda sujeto a una extensa gama de factores de orden físico, químico y biológico, cuya acción combinada tiende simultáneamente a su dispersión y degradación.
La eliminación del HCB, al igual que en suelos, se produce por fotólisis, evaporación a la atmósfera y precipitación de los sedimentos.
Esto se debe a que el HCB presente en el suelo puede ascender por los conductos vegetales para posteriormente ser eliminados por transpiración o fotodegradación.
Se entiende también que su estudio tenga un gran interés debido a que es en las primeras etapas de la vida donde la sensibilidad del individuo es mayúscula al HCB y su única fuente de alimentación es la leche materna.
Aunque tiene consecuencias para el bebé, no se ha establecido hasta el momento una concentración límite de HCB en la mencionada leche para restringir que los niños sean amamantados.
El HCB posee una escasa capacidad para inducir directamente mutaciones genéticas, daño cromosómico o reparación del ADN.
Se ha observado actividad mutagénica dudosa en un subgrupo de estudios realizados con bacterias y levaduras.
Los resultados clínicos incluyen cicatrices en la cara y manos (83.7%), hiperpigmentación (65%), hipertricosis (44.8%), dolor de artritis (70.2%), manos pequeñas (66.6%), sombreado sensorial (60.6%), miotonía (37.9%), tiroides braceo (41.9), agrandamiento del tiroides (34.9%) y agrandamiento del hígado (4.8%).