Herreruelo (soldado de caballería)

La caballería pesada de tipo medieval, se ve relegada al no ser ya decisiva en las batallas.

Posteriormente se irían eliminando los brazaletes, codales, hombreras y guantes — aunque se suele mantener el correspondiente al que sostiene las riendas, por ser este blanco de las ofensas del contrario.

Hacia finales del siglo XVII, se asumía que aún las piezas restantes de la armadura que se continuaban llevando —en muchas ocasiones se había eliminado también el espaldar— tan sólo ofrecían protección contra las espadas del enemigo, y en rara ocasión, contra las armas de fuego.

Se asume que los suecos en la década de 1620 en su lucha contra los polacos, recuperaron para occidente la carga de la caballería, que se hacía espada —o martillo— en mano contra la caballería contraria, reservándose las pistolas para la melé resultante, en la cual podía emplearse a menor distancia, desde una posición más estable, y por lo tanto, ser más efectivo.

Igualmente se tiene noticia de lo contrario: efectuar la aproximación al contrario pistola en mano, disparar a distancia y extraer la espada para cargar, pero los movimientos necesarios para ello complicaban notablemente la maniobra.

Aunque la referencia habitual que nos ha quedado, es la de una maniobra —bien la caracola, bien la carga— con una mano ocupada en las riendas, y la otra sosteniendo o la pistola o la espada, hay referencias del uso de ambas armas en mano: Se asume que coracero —cuirassier en francés— puede ser un sinónimo adecuado para herreruelo, aunque en la literatura militar española contemporánea, se solía emplear el término «caballo coraza» referido a coraceros de naciones distintas a la alemana, por ejemplo: «caballos coraza borgoñones».