En los preliminares de la gran rebelión indígena que organizó Manco Inca.
Manco ya contaba con un considerable número de indios que llegaban casi a 100.000, y aunque los generales indígenas tenían prisa por atacar la ciudad de Cuzco, Manco dejaba pasar el tiempo esperando reunir mayores efectivos para emprender el ataque a los españoles y aniquilarlos en el momento oportuno.
Encerrados en Cuzco, solamente había 190 españoles y 80 caballos, los indígenas reunidos en torno a la ciudad pasaban de 100.000.
Al día siguiente continuaba el intento de los españoles para desalojar la fortaleza pero era imposible.
También erigió en las lomas de Corotapa una fortaleza a la que llamó Marbella.
En su estancia en aquella comarca, el conquistador entabló buenas relaciones con los indígenas de la región, especialmente con el rey nahua Coaza.