Hermandad de las Penas de Santiago (Córdoba)

Milagrosamente, se logró salvar de las llamas a los titulares, los cuales sólo sufrieron daños de escasa consideración, necesitando la Virgen y San Juan una restauración, que fue acometida por el imaginero sevillano Juan Ventura.

Está considerado como la imagen cristífera más antigua de la Semana Santa cordobesa.

Estéticamente, la imagen muestra una gran analogía con los crucificados que se tallan en nuestra ciudad en la segunda mitad del siglo XVI, aunque el autor se inspiró en las formas manieristas que imperaban en la ciudad en los últimos años del quinientos.

Además, durante la restauración se realizaron pruebas a la madera para determinar su procedencia, las cuales resultaron inútiles debido a que, por su gran antigüedad, había perdido totalmente cualquier resto de resina que pudiera denotar su identidad.

Una vez hechos los pertinentes estudios y a la hora de tratar a la imagen, se encontró como primera dificultad la tremenda dureza que presentaba la madera, absolutamente seca por el paso de los años.

Se le practicó una limpieza y tratamiento especial para contrarrestar el gran ataque de xilófagos que padecía.

Las formas del cuerpo se presentan simplificadas, representando el torso brevemente desbastado, lo que potencia el hieratismo de la talla; y sus miembros están estilizados, dándole unas proporciones alargadas.

La cruz es arbórea realizada en madera de ukola por Ricardo Castillo Gutiérrez en 1956.

En 1994 se le hizo una nueva, la cual sólo luce en su Estación de Penitencia, utilizándose la de 1956 el resto del año; lleva el títulum en madera, muy sencillo, con las letras INRI pintadas en negro.

Hasta los años ochenta, lució sobre su cabeza potencias de alpaca sobredorada y, algunos años procesionó llevando un sudario de Damasco rojo que cubría al original que lleva tallado.

Las manos, artísticamente movidas, refuerzan el sentimiento de pesar que quiere transmitir la imagen.

De estética neobarroca, muestra un canasto profusamente tallado, coronado por seis bandas.

También es obra de Antonio Eslava realizada en 1978 y restaurada por Juan Ventura en el año 1980.

Ha sido representado joven, con la cabeza levemente torcida hacia la derecha, mirando a María; sus rasgos fisonómicos responden a los habituales en la representación del joven apóstol, de rostro aniñado, imberbe, con bigote incipiente, ojos castaños y óvalo acusado; el cabello abundante, tratado en sueltas guedejas.

Las manos han sido hábilmente trabajadas y su movimiento está en relación con el diálogo que trata de entablar con la Virgen.

Viste una saya de terciopelo azul violáceo bordada en oro fino por Francisco Pérez Artés y diseñada por Julio Ferreira en el año 1989.

En el pecho lleva una réplica de un puñal realizado por Hermanos Delgado en 1989 y el cual fue robado en 1990.

Santísimo Cristo de las Penas junto a las imágenes de Nuestra Señora Madre de los Desamparados y San Juan Evangelista , en su capilla de la Iglesia de Santiago.
Nuestra Señora Madre de los Desamparados en el paso de palio de la Hermandad, con motivo de la Salida Extraordinaria del año 2023 por el 50.º Aniversario de su hechura. Junto a ella, la talla de San Juan Evangelista .
María Santísima de la Concepción sobre su paso de palio.
Iglesia de Santiago Apóstol (1955 - 1979;1991 - Hoy)
Basílica de San Pedro (1979 - 1985)
Ermita del Socorro (1985 - 1990)
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (1990 - 1991)